El agua de Mendoza no se negocia

Cuidados de la aldea común y cuidados de las infancias. Un tema urgente

Marina Tejón *

Aprendí de las feministas comunitarias mayas esta frase que es brújula para la acción cotidiana:

“Si sanas tú sano yo, si sano yo sanas tú».[1]

Cuidar para cuidar-nos.

Guardianas del agua, la tierra, el aire para vivir, se organizan en red de acción política para cuidar y defender lo que ellas denominan: el territorio-cuerpo-tierra.

Defenderlo de los proyectos extractivistas que ponen en riesgo la vida humana y no humana en el planeta.

Ellas, como tantas y tantos, organizados en asambleas de vecinas y vecinos, en toda Nuestra América o Abya Yala, y en todo el mundo estamos cada vez más conscientes de que sin Planeta no hay Vida.

La pandemia puso a la luz una crisis civilizatoria que es previa. No se puede seguir produciendo, a costa de estrujar, para la ganancia de unos pocos, esta casa común donde habitamos. Estamos poniendo en riesgo el acceso a los bienes comunes: tierra, agua, aire, para las mayorías y la vida misma.

Cuidar el planeta para el buen vivir de las mayorías, cuidar la vida humana y no humana donde se insertan las vidas de esos niños y niñas que queremos ayudar a crecer en plenitud, cuidarnos para cuidar. La red de la vida es diversa, y en ella estamos, apostamosa una relación armoniosa y de reciprocidad con la naturaleza de la que somos parte.

Agradezco a este espacio de la Red Pikler Nuestra América, por las infancias, la invitación a pensar en estas intersecciones.

Propongo el desafío de visibilizar los problemas socio ambientales de las zonas donde habitamos y arriesgarnos a pensar en los impactos que significan para la vida de las niñas, los niños y quienes cuidamos de ellas y ellos. Por supuesto, propongo que nos involucremos en las luchas para resolver esos problemas.

Conscientes de que la última palabra la tenemos los pueblos, organizados en red. Son múltiples las experiencias que dan cuenta de que se puede poner freno a estos proyectos “ecocidas” gracias a la toma de consciencia y organización de las personas en los territorios.

Habito en Argentina, Mendoza, una zona desértica, con un oasis artificial que depende del agua que proviene de los glaciares en la Cordillera de los Andes. Compartimos con otras provincias la acechanza de nuestros territorios, por parte de Empresas mega mineras transnacionales que pretenden extraer minerales de nuestros territorios para aumentar sus, ya desmesuradas, ganancias, aún a costa de dejarnos sin agua, y sabemos que sin agua no hay ni habrá vida. La lucha contra estos proyectos lleva más de 15 años en esta provincia y en 2019, se produjo un hito que nos demostró que tenemos el poder como pueblos para decir que NUESTROS BIENES COMUNES VALEN MÁS QUE SUS GANANCIAS.

“Por más que los promotores de la megaminería quieran mostrar que existen opciones para controlar los impactos, esta discusión no se va a cerrar porque quiénes se movilizan abren nuevos interrogantes que tienen que ver con escenarios de futuro. ¿Quién está considerando a las futuras generaciones? ¿Cuáles son los criterios de justicia que permiten que haya zonas de sacrificio? Esa pregunta abarca otras que tienen que ver con la salud y las opciones productivas a largo plazo en los territorios. Un debate que ya no podemos soslayar.”[2]

Hoy, son múltiples los conflictos que enfrentamos como humanidad, si queremos cuidar las vidas. Los agronegocios a costa de la vida humana, el peligro de la pérdida de biodiversidad y de la soberanía sobre nuestras semillas, y el uso intensivo de agrotóxicos que afectan especialmente a los “pueblos- zonas de sacrificio”, y afectan el alimento de todos y todas, aún de los que habitan en las ciudades. Los emprendimientos de la megaminería, secante y saqueante, en manos de trasnacionales mineras que se llevan “el oro” y dejan sequía y devastación, ponen en riesgo las fuentes de agua y la calidad de la que bebemos a diario. El fracking, tecnología para extraer petróleo y gas a costa de enormes impactos para la vida y los territorios. El monocultivo, la energía nuclear, el desmonte, el peligro de los megacriaderos de animales como cerdos, gallinas y otros, descartados en otros continentes por ser foco de pestes que traerían pandemias, pero que son impuestos en nuestros territorios en nombre del (mal) “desarrollo”.

En la Declaración Asamblearia de las IV Jornadas Nacionales de Ecología Política del colectivo Red Universitaria de Ambiente y salud. Médicos de pueblos fumigados, se reafirma un compromiso al que llamamos a adherir y poner el cuerpo en cada territorio donde cuidamos de las infancias:

“Frente a este sistema de muerte, afirmamos que la Agroecología, el Ecofeminismo, los saberes ancestrales y las prácticas comunitarias del cuidado de la Vida como Bien Común, son el camino hacia sociedades no sólo más sustentables, sino también, más justas, más democráticas y con posibilidades igualitarias de realización personal y colectiva.

Porque la depredación de la Tierra degrada nuestra propia condición humana; es fuente de violación de todo tipo derechos, de injusticias y opresiones sociales. Sin remediar nuestros vínculos filiales con la Madre Tierra, no podremos, como sociedad y como especie, hallar los caminos que nos permitan construir modos de convivencialidad fraterna, donde la libertad y el deseo, la creatividad y la vida digna, sean un derecho de todes y no el privilegio de unos pocos” [3]

Algo así pasó en Mendoza cuando salimos a las calles y dijimos que el agua y la vida de Mendoza no se negocian, en diciembre de 2019. https://www.facebook.com/ambleaxelagua/

“Somos el río que rebalsó su cauce, somos el agua que no se toca”.

[1] López, E. Lorena Cabnal: Sanar y defender el territorio-cuerpo-tierra. Disponible en https://avispa.org/lorena-cabnal-sanar-y-defender-el-territorio-cuerpo-tierra/

[2] Wagner,L. y Merlinsky, G- “La memoria del agua”.2019. Disponible en http://espoiler.sociales.uba.ar/2019/12/30/la-memoria-del-agua-megamineria-y-conflictos-ambientales-en-mendoza/

[3] La depredación de la tierra es depredación de la Humanidad. Disponible en https://reduas.com.ar/la-depredacion-de-la-tierra-es-depredacion-de-la-humanidad/Palabras Claves: Cuidados de las Infancias; Ambiente; Salud; Aldea común; Agroecología;

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Marina Tejón es docente-directora de un Jardín Maternal de gestión social en un barrio del norte de Mendoza. Se ha formado como docente, Psicomotricista, Especialista en Educación Maternal y Especialista en Desarrollo Infantil Temprano. Es integrante de la Red Cuna, para la crianza respetuosa. Es integrante de la Red Pikler de Nuestra América. Es activista socio-ambiental.

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